Las máquinas forman parte de nuestras vidas desde hace mucho tiempo. Inicialmente se crearon para ayudarnos en el trabajo físico, pero hoy sus posibilidades parecen no tener límites, en particular en la automatización del trabajo.
Al principio realizaban sobre todo tareas manuales, sistemáticas y repetitivas, siendo los robots el paradigma industrial que llevaron a probar las fábricas desde el siglo pasado.
En las últimas décadas los chips y el software han ido progresivamente dotando de inteligencia a las máquinas, de modo que éstas han ganado en autonomía de movimientos y en capacidad de decisión.
La automatización ya no sólo alcanza a las tareas más rutinarias y manuales, sino que se automatizan tareas menos pautadas que requieren capacidades y habilidades cognitivas.
La irrupción de la máquina inteligente nos enfrenta a nuevas oportunidades y a nuevos retos